
Hay dos tipos de personas en este mundo:
Las que creen que la autodisciplina es algo con lo que se nace.
Y las que saben que es un músculo mental que se entrena.
Si, lo sé, es repetitivo, pero es lo que hay, es insistir hasta la saciedad.
Si eres de las primeras, cierra esto ahora mismo y sigue esperando a que las musas de la motivación bajen del cielo y te toquen con su varita mágica.
Si eres de las segundas, sigue leyendo. Te voy a enseñar cómo conseguir una autodisciplina espartana, sin necesidad de convertirte en una estatua de mármol con músculos.
Porque sí, la autodisciplina espartana suena muy épica y todo, pero ¿sabes por qué funcionaba en Esparta?
Porque tenían un sistema.
Y eso es lo que te falta a ti.
El error (grave) que casi todo el mundo comete con la autodisciplina
La mayoría cree que tener disciplina es fuerza de voluntad pura. Aguantar. Sufrir.
«Ponte las pilas y deja de quejarte».
Y claro, eso funciona… por dos días. Tres como mucho.
Luego la mente te traiciona.
Te autoconvences de que «un día de descanso no hace daño» y, antes de darte cuenta, estás otra vez en el sofá con el móvil, viendo vídeos de gatos que seguro que te ayudarán a cambiar tu vida.
El problema es que intentas domar tu mente a lo bestia, en lugar de reprogramarla.
Los habitantes de Esparta no eran personas más fuertes, eran más listas
La razón por la que eran una máquina de guerra no era porque tuvieran más músculo o menos miedo. Era porque habían condicionado su mente desde temprana edad para obedecer sin rechistar.
No pensaban en si querían entrenar. Lo hacían porque su cerebro había sido programado para ello.
Ahora bien, tú no tienes a militares gritándote en la cara para hacerte cumplir. Pero sí puedes tener un mando interno que te guíe sin que cada día sea una lucha.
Puedes tener tu propio «Navy Seal».
Y ahí es donde entra el auto-diálogo científico.
Cómo instalar una disciplina espartana en tu cerebro sin sufrir en el intento
La clave no está en obligarte a hacer cosas. Está en hacer que tu mente las quiera hacer de forma natural.
Sin fricción. Por lo tanto, sin sufrir.
Mira, el cerebro es como un niño pequeño. Si le das la opción, siempre elegirá lo fácil, lo cómodo, lo que le da placer inmediato.
Pero si lo reprogramas bien, puedes hacer que lo difícil se convierta en su nueva normalidad.
Y entonces se convierte en lo fácil, lo cómodo, lo que le da placer.
¿Cómo? Cambiando el auto-diálogo.
Si cada vez que vas a hacer algo piensas:
«Uf, qué pereza»,
«No sé si me apetece ahora»,
«Mejor lo hago después»,
…tu cerebro te hace caso.
Es lo que tiene el cerebro, es muy obediente.
Pero si te hablas de otra forma, si usas técnicas mentales específicas, consigues que tu mente se alinee con lo que quieres hacer.
Sin lucha.
Sin auto-sabotaje.
Es lo que hice yo para dejar de fumar después de 32 años, perder más de 20 kg, y lo más fuerte de todo: ganarle la partida a un cáncer cuando los médicos ya me veían calva y demacrada.
Esto no es magia. Es ciencia aplicada al cerebro.
Y funciona.
Se utilizan varias técnicas de psicología, entre otras, cosas, pero no entro al detalle aquí, esto se lo dejo a las personas que deciden actuar y dejar de lado el bla, bla, bla o ble, ble, ble de turno.
O sigues luchando con tu mente, o la entrenas para que trabaje para ti
Puedes seguir dependiendo de la motivación, de los días buenos y del «cuando tenga ganas«.
O puedes aprender cómo hackear tu mente y convertir la autodisciplina en algo automático.
La diferencia es brutal.
En MenTalent.pro tienes todo lo que necesitas para conseguirlo: técnicas probadas, sistemas que funcionan y herramientas que reprograman tu diálogo interno para que hacer lo que tienes que hacer sea más fácil que no hacerlo.
Tienes dos opciones:
Seguir como hasta ahora viendo pelis de Espartanos y Espartanas.
O empezar a entrenar tu mente como si fueras una persona de Esparta, pero sin sufrir como tal.
Si eliges la segunda, entra en la Tienda y empieza a cambiar tu vida.
Si eliges la primera, siempre te quedarás como espectador o espectadora de tu vida.
Me da igual si me crees o no, si no quieres comprar aquí, no lo hagas, pero haz algo para dejar de ver el Netflix que es tu vida donde otras personas consiguen cosas y tú no.