
Cuando tenía 15 años, mi abuela me soltó una frase que se me quedó grabada a fuego:
«La diferencia entre las personas que mandan y las que obedecen no es el talento. Es quién aguanta más sin rendirse.»
Yo, que en ese momento creía que el éxito tenía más que ver con el destino que con las decisiones, pensé que era otra de esas frases que las personas mayores sueltan para darse importancia.
Me equivoqué.
Pasan los años y veo lo mismo una y otra vez: gente con talento desperdiciándose porque no tienen la maldita disciplina de hacer lo que hay que hacer cuando hay que hacerlo.
Me incluyo.
En el pasado también era así.
Ahora ya no.
La gente cree que la disciplina es levantarse a las 5 de la mañana, bañarse con agua fría y hacer meditación con incienso. Pero la realidad es mucho más simple a la vez:
La disciplina es no negociar contigo. La disciplina es entrenarte.
Punto.
El problema de las excusas bonitas
Voy a contarte una historia.
Un chico que conocí, que tenía más potencial que media humanidad junta, quería montar su propio negocio.
Tenía todo listo: idea, contactos, incluso dinero ahorrado para empezar sin presión.
Pero había un pequeño problema: él mismo.
Cada día se contaba una excusa diferente:
👉 «Es que aún no tengo la web perfecta».
👉 «Es que ahora no es el mejor momento».
👉 «Es que todavía no sé lo suficiente».
Excusas bien vestidas, que suenan lógicas, que parecen inteligentes.
Pero excusas al fin y al cabo.
Lo que no veía es que cada vez que se contaba una de esas mierdas, se entrenaba a sí mismo para fracasar.
Si no dominas tu auto charla, estás fastidiado
Aquí es donde la mayoría se equivoca: creen que el problema es la falta de motivación, pero no.
El problema es el diálogo interno que se repiten una y otra vez sin darse cuenta.
En forma de miedos, en forma de excusas, pero siempre, siempre es esa auto charla interna la que dinamita cualquier avance o logro.
La mente es como un gimnasio. Si cada día entrenas la queja, serás una persona experta en quejarte.
Si entrenas la procrastinación, serás un maestro en postergar.
Si entrenas el autosabotaje, serás una artista en destruirte a ti misma.
Pero si entrenas la disciplina asertiva, entonces juegas en otra liga.
Porque la disciplina asertiva no es obligarte con sangre y sufrimiento. Es hablarte de la única manera que funciona para que hagas lo que tienes que hacer sin dramas.
¿El beneficio? Tener el control absoluto y diseñar tu vida al milímetro
Ahora dime, ¿cuánto pagarías por tener el control de tu mente?
Piensa en esto: si controlas tu diálogo interno, puedes controlar cómo te sientes, cómo actúas y qué resultados consigues.
Lo tienes todo!
Y si dominas eso, puedes ganar en cualquier puñetero terreno que te propongas.
Sin tanta pelea interna.
Sin tanta excusa disfrazada de lógica.
Sin tanta autocharla basura que te sabotea.
Solo resultados.
Los que no quieren que lo descubras
Si todo el mundo aplicara esto, los que venden cursos de productividad estarían en la mierda.
Imagínate el desastre:
Jefes sin empleados zombies porque ya nadie se queda en un trabajo de mierda por miedo.
Gente sin tragarse excusas porque saben cómo hablarse a sí mismos.
Negocios explotando porque sus dueñas dejan de procrastinar.
Aterrador, ¿verdad?
O lo usas a tu favor, o te lo usan en contra
Aquí está la diferencia: o dominas tu auto charla, o alguien la dominará por ti.
Si no te hablas bien, lo hará el algoritmo de TikTok, la publicidad, el miedo o el sistema que te quiere débil.
Pero si tomas el control de tu mente, nadie podrá decirte qué puedes o no puedes hacer.
Eso es lo que te ofrecemos en MenTalent.pro.
No cursos de motivación barata.
No teorías vacías que suenan bien pero no funcionan.
Solo herramientas reales para que cambies tu auto charla típica de bla, bla, bla o ble, ble, ble y empieces a ganar de una puñetera vez. Para siempre.
¿Vas a seguir repitiéndote excusas o vas a empezar a reprogramar tu cabeza como toca?
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Repite, repite y avanzas. 🚀