
Mira, te han engañado.
Te dijeron que la disciplina es fuerza de voluntad. Que hay que apretar los dientes, aguantar, sufrir, ser de hierro, no ceder.
Y así tienes a un montón de personas que odian cada maldito lunes, se castigan con horarios imposibles y terminan reventadas.
Porque la disciplina sin amor es tortura.
Y lo peor es que ni siquiera funciona.
La tortura nunca ha sido una estrategia de éxito
Hace unos años conocí a una persona que quería escribir un libro. Decía que cada día se obligaba a escribir 1.000 palabras, pasara lo que pasara.
—Estoy siendo disciplinada —me decía, con la cara de alguien que se ha tragado un cactus.
—¿Y cuántas palabras llevas escritas? —le pregunté.
—Bueno… solo 3.000 en un mes.
—Ah.
Le miré, me miró y apartó su mirada al suelo.
Porque la verdad es que no escribía nada. Se sentaba delante del ordenador y lo odiaba. Se enfadaba. Se frustraba.
¿Resultado? No escribía. Y cuando lo hacía, cada palabra le dolía más que una cita con el dentista.
Eso no es disciplina. Es auto-tortura. Y la tortura no ha sido nunca una estrategia sostenible.
Ahora imagina otro escenario.
Imagina que, en lugar de castigarte, usas la disciplina con amor.
Que en lugar de convertir cada esfuerzo en una batalla, conviertes el proceso en algo que te hace querer volver mañana.
Así es como funciona el auto diálogo científico.
Deja de hablarte como verdugo y empieza a hablarte como líder
Aquí viene la parte dura de escuchar: lo que te dices a ti crea la realidad en la que vives.
Si te repites «es que no soy constante», «me cuesta horrores concentrarme», «no tengo disciplina», ¿qué crees que pasará?
Exacto: que tu mente se lo cree.
Pero, ¿y si usas el auto diálogo correcto?
Pero no un auto diálogo cualquiera.
O frases escogidas de internet.
Y no repetido 5 minutos de cualquier manera.
Sino un auto diálogo científicamente preparado, con sus formas de conjugación, con frases específicamente elaboradas para instalarse en tu cerebro fácil y eficientemente. Frases de personas famosas en su sector que han llevado al éxito a esas personas y que tú las tienes en tu poder ahora.
Porque el lenguaje que usas moldea tu mente. Y cuando cambias el mensaje, cambias la acción.
Y si cambias el mensaje con el que utilizan personas de éxito, qué crees que pasará?
Ahí es donde la disciplina con amor gana.
No se trata de ser blando ni de ser débil. Se trata de entender que el castigo constante no funciona, y que lo que sí funciona es la persuasión interna bien hecha, profesionalmente hecha.
Por eso, en lugar de entrenarte como si fueras recluta en un cuartel, entrenas tu mente para querer hacer lo que te propongas.
Beneficios reales de la disciplina con amor (y no la basura motivacional de siempre)
Ahora, si eres de las personas que necesitan lógica, vamos a los hechos:
Beneficio racional
Cuando usas el auto diálogo adecuado, entrenas tu cerebro para recompensar el esfuerzo en lugar de castigarlo. Esto hace que lo que hoy te cuesta, mañana sea más fácil.
Es como si en vez de darte latigazos cada vez que fallas, tu mente te diera una palmadita en la espalda y te dijera “venga, que lo estás haciendo bien”.
Resultado: repites la acción más veces, porque no la odias.
Beneficio emocional
Cuando tu diálogo interno cambia, la relación contigo cambia.
Es como tener una amistad que te insulta todo el rato o te habla mal y una amistad que te potencia, te dice cosas que te mejoran o gratificantes que te suman.
Y en vez de sentir que te debes algo todo el tiempo (más disciplina, más constancia, más fuerza), empiezas a sentir que ya eres esa persona.
¿Y sabes qué? Cuando te crees que eres, actúas como tal.
Es así de sencillo.
Deja tu bla, bla, bla o ble, ble, ble actual y utiliza más la disciplina con amor
Repite, repite y avanzas.
Y si quieres más herramientas para entrenar tu auto diálogo y cambiar creencias desde dentro, en MenTalent.pro tienes lo que necesitas.