
Se lo dijeron con una sonrisa… y ahí empezó a perder.
Tenía once años.
Y no se le daba mal. Corría como una bala.
Le gustaba. Le hacía sentir bien. No era ni el más alto, ni el más fuerte, pero cuando se ponía las zapatillas de clavos y miraba la pista… se transformaba.
Hasta que un día, lo típico.
Una persona de esas que «quieren ayudar», le soltó esto justo después de una carrera:
«Tú no naciste para esto. No tienes el físico, pero tienes otras cosas. Sé listo.»
Y zas.
Se le grabó.
Ahí, en ese instante, su charla mental cambió para siempre.
Apareció ese auto diálogo silencioso pero constante que durante años le repitió:
“No vales para esto.”
“Intenta algo que se te dé mejor.”
“Para qué vas a esforzarte, si nunca vas a llegar.”
Y no, no lo dijo llorando.
No dejó de entrenar de golpe.
No fue un drama.
Fue algo mucho peor: fue lento.
Fue una tortura silenciosa.
Durante años, lo intentaba a medio gas.
En la pista. En el colegio. En su vida.
No lo hacía mal, pero nunca al 100%.
Nunca creyendo que podía.
Siempre con el freno puesto. Con la duda metida dentro. Con ese pensamiento fijo, repetido, disfrazado de lógica:
“No es para mí.”
Y claro, eso no salta a la vista.
Desde fuera parecía una persona normal. Tranquila.
Pero por dentro, su diálogo interno estaba jugando a otra cosa.
A fastidiarle el futuro con frases que parecían racionales.
Y eso… eso lo cambió todo.
¿Qué es una mentalidad de desarrollo?
No es pensar que todo es posible.
Es saber que puedes ir más allá de lo que hoy crees. Según los Navy Seals, cuando crees que no puedes más, estás al 40% de tu capacidad, por lo que te queda el 60% adicional.
Es darte permiso para intentarlo sin que tu cabeza te corte las alas antes de despegar.
Es mirar a la pista, al escenario, a la reunión, a la vida, y decir:
“Todavía no lo tengo. Pero lo entreno, lo practico una y otra vez.”
Y eso, créeme, no es filosofía barata ni optimismo de feria.
Es sistema.
Es método.
Es ciencia aplicada a cómo te hablas.
Es auto diálogo profesional.
Aquel chaval, que ya no era tan chaval, lo entendió años después.
Fue en una sesión.
Alguien le preguntó:
«¿Qué te estás diciendo justo antes de abandonar?»
Y ahí se hizo el silencio. Porque nunca se había parado a escuchar.
A mirar bien ese diálogo interno en su conciencia que llevaba años machacándole.
Y cuando empezó a trabajarlo con método —sin afirmaciones huecas, sin palmaditas en la espalda, con técnica profesional, con auto diálogo deliberadamente preparado y técnicas mentales — fue como abrir una ventana después de años encerrado.
Empezó a notar el cambio en cosas pequeñas.
La forma en la que se levantaba por las mañanas.
Lo que se decía antes de empezar algo nuevo.
La manera de sostenerse cuando fallaba.
Y poco a poco… volvió a correr.
No por la medalla.
Por él.
Competía con su versión de ayer. Solo con eso.
¿Cuáles son los dos tipos de mentalidad?
Solo hay dos.
La mentalidad que te limita sin que lo notes, y la mentalidad que te empuja sin gritar.
La primera es la que te dice que eres “realista”, que “mejor no arriesgues”, que “sé inteligente, elige lo seguro”.
La otra es la mentalidad que se entrena con auto diálogo científico.
La mentalidad que te permite reprogramar tu mente como quien reescribe el código de una app que va lenta.
La mentalidad que no depende de tener buen día o estar motivado.
Y esa… esa es la que cambia el juego.
¿Cómo desarrollar una mentalidad de crecimiento mediante diálogo interno?
Dejando de hablarte como te han hablado toda la vida.
Cuestionando lo que creías verdad solo porque lo has repetido mucho tiempo.
Parando ese piloto automático que te está frenando con excusas disfrazadas de lógica.
Y no lo haces con frases bonitas.
Lo haces con estructura.
Con práctica.
Con el mismo sistema que usamos aquí, en MenTalent.pro, para ayudarte a cambiar creencias profundas usando auto diálogo profesional y técnicas mentales.
Porque lo que piensas, no siempre es verdad.
Y lo que te repites… te construye o te rompe.
La buena noticia es que puedes elegir.
Y sobre todo: puedes entrenarlo, tengas el nivel que tengas, tengas el tiempo que tengas.
Te lo repito, porque se te va a quedar dentro.
Esa historia, la del chaval que se creyó que no podía, no es solo una anécdota.
Es la historia de muchas personas.
Tal vez también la tuya.
Pero aquí no venimos a quedarnos en el pasado.
Venimos a cambiar el presente.
Y eso empieza por cómo te hablas cuando nadie más te escucha.
Así que si te has cansado de tirar de fuerza de voluntad, de libros motivadores, de promesas que no se cumplen…
Haz algo diferente.
Haz algo que funciona.
Tenemos múltiples herramientas para cambiar el auto diálogo de forma profesional.
Y sí, también para ayudarte a desarrollar una mentalidad de crecimiento mediante diálogo interno y técnicas mentales.
Con ciencia.
Con método.
Con resultados.
Pásate por la tienda de MenTalent.pro.
Y empieza por lo único que sí puedes cambiar ya mismo: tu cabeza.
La mente se entrena.
Y tú puedes hacerlo.
¿Ahora sí lo ves claro?
¿Te ves corriendo con él?
¿Te escuchas pensando como él?
Esa era la idea.